El niño que no perdió ni el lápiz ni la goma de borrar después de muerto
(Cuento como la vida misma)
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Érase una vez un niño que tuvo la mala fortuna de haber crecido en un
período duro de la historia de su país. Pero él no lo sabía, aunque vivía
en un ...
Hace 1 día
Un estilo muy singular, casí que dejás entrever que sos parte del poema y no viceversa.
ResponderEliminarMuy bueno.
Gigantesco y terrible lo suyo tocayo
ResponderEliminarun abrazo
Adrian salas
el poema es lo de menos...
ResponderEliminary tanta gente en san juan comiéndose los ojos para ver quién tiene la palabra más oportuna
Negro: gracias, me hacía falta sentir un poco de silencio
"duelen de placer
ResponderEliminarla mañana
y el viento"
SIEMPRE