Fotografía: adrián campillay
digo. la piedad ha terminado, la época moderna es mugre y peste; Guerra, y la emoción de la guerra televisada.
el extremo de un cable horroroso,
huérfano de un tiempo que jamás existió.
las ciudades repiten una vida, esperan, sin ninguna esperanza. por eso es inútil, el desierto sea mágico, la luz sólo la luz, o su ausencia absoluta; en algún lugar alguien muerde el conductor, en la autopista de las ideas el germen de la vejez procura su permanencia en viamuerta;
la angustia de esperar a través de un cable el suero dibujando el alma crea una carga estática, la emoción se ausenta cada vez más y es curioso porque nunca estuvo presente. durante siglos el mismo hombre despertó una mañana maniatado y murió. o se puede decir
al menos sino fue el mismo se repitió.
al menos sino fue el mismo se repitió.
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